Este episodio ha sido especialmente emotivo: nuestro presentador ha comenzado su metamorfosis hacia algo mejor, algo más puro y neutro.
Para empezar ha roto a llorar, en directo, suplicando el Perdón Absoluto, de todo aquel ser humano que se haya podido ofender alguna vez en la vida, por lo que fuera, ya sea culpa suya o no.
Después de "lo de Fdez", David ha decidido posicionarse en el mundo de la comedia como el Arquetipo de la No Ofensa; un referente para todo aquel humorista que no quiera recibir amenazas de gilipollas que no saben lo que es un puto chiste, o de los que viven de ofenderse, como ratas mediocres que se alimentan de los desechos de la moralidad.
En especial, ha querido pedir perdón a los "gitanos que se ofenden por chorradas", pero la cosa no le ha salido bien y se ha acabado metiendo en tal jardín que... bueno... que David es subnormal.
También ha dicho que, a partir de ahora, todo lo que vaya a decir, será teniendo en cuenta la opinión de toda la humanidad... que sólo dirá cosas que sean "la suma y la media exacta de todas las opiniones que son, o hayan sido, planteadas por cualquier ser pensante a lo largo de la historia".
Le asusta tanto recibir malas críticas, que ha decido ser el humano más neutro del planeta. Se ha afeitado todo el vello del cuerpo, se ha oscurecido la piel justo hasta el Tono Medio Humano, se ha extirpado los genitales y se droga, sólo lo justo, para estar en la media. Ya no existen rasgos característicos en su Ser y ha trascendido a algo superior.
Es un puto Dios de la Normalidad Establecida.