Notas en Español e inglés 👇
Génesis 1: Sea la Luz… en mi hogar!
Hoy comenzamos una nueva aventura en nuestro estudio diario de la Palabra de Dios. Y digo que es una aventura porque sentimos alegría y gozo cuando leemos la Palabra de Dios y la comenzamos a entender, descubriendo estos tesoros escondidos que el Espíritu Santo revela a aquellos que disponen su mente y corazón para aprender.
Espero que con la serie especial de “40 Días de la Palabra” el fuego del Espíritu Santo haya encendido en tu corazón la pasión por ser un fiel estudiante de la Palabra de Dios.
Hoy vamos a comenzar con el libro de Génesis y veremos el primer capítulo.
Génesis significa en latín y griego “origen” o “principio”. En la biblia hebrea, la Torá, se le llama Bereshit, que significa "En el principio", clara referencia de las primeras palabras de este emocionante libro.
Es por eso que se encuentra como el primer libro de la Biblia y además es el que comienza describiendo cómo Dios formó el universo, los planetas, esta tierra donde habitamos y por último creando su obra maestra, su mayor creación que es el ser humano.
Dios es un Dios de oportunidades, Él es un Dios que ilumina el camino cuando no sabemos a dónde ir o qué hacer cuando nuestro hogar se encuentra en caos o cuando estamos pasando una temporada de neblina densa y oscura.
Es por eso que el salmista entendió esto y declaró que “aunque ande en valles de sombra y de muerte, no temerá mal alguno porque Dios estará él”.
El Señor se especializa y se deleita en crear nuevas criaturas, formando nuevas vidas y restaurando hogares. Y qué mejor forma de adaptar esa perspectiva del poder de Dios que leyendo el primer capítulo de Génesis.
Leamos Génesis, capítulo 1, verso 1 al 5:
Creación de los cielos y de la tierra.
1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2 Y la tierra estaba sin orden y vacía. Había tinieblas sobre la faz del océano, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
3 Entonces dijo Dios: “Sea la luz”, y fue la luz. 4 Dios vio que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas. 5 Dios llamó a la luz “día”, y a las tinieblas llamó “noche”. Y fue la tarde y fue la mañana del primer día.
Aquí podemos ver que este fue el comienzo de la creación pero fue un comienzo basado en una restauración. Al principio Dios creó los cielos y la tierra, dice el verso 1, pero en el verso 2 leemos que ¡Dios creó y formó sobre algo que estaba en desorden y vacío!
No sabemos a ciencia cierta porque estaba la tierra desordenada y vacía. Además, no había luz y solo dominaban las tinieblas. Lo que sí podemos entender es que, en medio del desorden y del vacío, Dios hace milagros y llena los vacíos con cosas hermosas; y lo que estaba desordenado lo convierte en un milagro grandioso que es la creación.
En medio de todo este caos y oscuridad, el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Esto nos indica que el Señor tiene el control de toda circunstancia, y que Él está por encima de todo.
El plan divino de Dios se comenzó a ejecutar cuando el Señor abrió su boca y pronunció las primeras palabras: ¡Hágase la luz! En ese instante, las tinieblas se tuvieron que hacer a un lado porque el Señor dio vida a la luz. Él es la luz pero ahora esa luz apareció para poner orden en el universo.
El escritor de Génesis fue inspirado por Dios para que escribiera esta frase “Hágase la luz”, para mostrarnos que Él es un Dios que puede divinamente crear algo supremo y hermoso en donde existe caos total, oscuridad y pérdida.
Es más, tenemos el gran privilegio de haber sido llamados y escogidos por Jesucristo, pues la Biblia dice que por medio de Jesucristo se crearon todas las cosas y todo fue formado por Él y para Él. No importa la situación en que nos encontremos, el Señor con su presencia ilumina nuestras vidas. Es por eso que debemos estar llenos del Espíritu...