Notas. Inglés y Español ⬇️
Génesis 13: Regresa al lugar donde comenzaste.
Hoy leeremos el capítulo completo de Génesis 13:
Abram subió de Egipto hacia el Néguev, él con su mujer y con todo lo que tenía; y Lot iba con él. Abram era muy rico en ganado, en plata y en oro. Volvió a sus viajes desde el Néguev hacia Betel, hasta el lugar donde su tienda había estado al comienzo, entre Betel y Hai, el lugar del altar que había hecho allí anteriormente. Y Abram invocó allí el nombre del SEÑOR.
También Lot, que iba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas. Pero la tierra no bastaba para que habitaran juntos. Sus posesiones eran muchas, y no podían habitar juntos. Entonces surgió una contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot. En aquel entonces los cananeos y los ferezeos habitaban en la tierra.
Entonces Abram dijo a Lot: “Por favor, no haya contiendas entre tú y yo ni entre mis pastores y tus pastores, porque somos parientes. ¿No está delante de ti toda la tierra? Sepárate, pues, de mí. Si tú vas a la izquierda, yo iré a la derecha; y si tú vas a la derecha, yo iré a la izquierda”.
Lot alzó los ojos y vio toda la llanura del Jordán, la cual era toda tierra de regadío, como un jardín del SEÑOR, como la tierra de Egipto, como la entrada de Zoar, antes de que el SEÑOR destruyera Sodoma y Gomorra. Lot eligió para sí toda la llanura del Jordán, y partió Lot hacia el oriente. Así se separaron el uno del otro.
Abram habitó en la tierra de Canaán, y Lot habitó en las ciudades de la llanura y fue instalando sus tiendas hasta Sodoma. Los hombres de Sodoma eran malos y muy pecadores contra el SEÑOR.
El SEÑOR dijo a Abram, después que Lot se había separado de él: “Alza tus ojos y mira desde el lugar donde estás, hacia el norte, el sur, el este y el oeste. Porque toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia, para siempre. Yo haré que tu descendencia sea como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia podrá ser contada. Levántate, anda a lo largo y a lo ancho de la tierra, porque a ti te la daré”.
Entonces Abram trasladó su tienda, se fue y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y allí edificó un altar al SEÑOR.
Aquí vemos varios eventos en la vida de Abram. Meditemos hoy en la acción de Abram después del susto que vivió en Egipto. Inmediatamente Abram retomó el camino que Dios le estaba mostrando. Ya Dios le dijo que habitara en la tierra de Canaán, la cual le prometió darle. Pero, por un momento de debilidad y temor, fue a Egipto. Al ver la mano de Dios protegiéndolo, Abram decidió regresar donde había comenzado su travesía por el territorio cananeo. En una actitud de arrepentimiento, Abram sintió en su corazón volver a la tierra donde Dios le comenzó a hablar. Él quiso volver a conectarse con el Señor, quiso retomar el propósito por el cual Dios lo llamó y lo escogió; él no quería perder lo que Dios le prometió a él y su descendencia. Abram deseaba restaurar su relación con el Señor; y lo hizo de la forma correcta. Abram sabía que la manera de agradar a Dios es ofreciendo una ofrenda voluntaria, haciendo un sacrificio al Señor, un holocausto para honrar al Señor para demostrarle que Él era, es y será su Dios por toda su vida.
Poco después de ese momento, Abram enfrentó otro problema, esta vez con su sobrino Lot. Abram decidió continuar creyéndole a Dios y se localizó en la tierra de Canaán. En este caso, Abram quedó solo y Dios volvió a hablar con Abram, confirmándole que le daría esa tierra donde él estaba. Dios lo animó a seguir recorriendo la tierra como señal de posesión, aunque todavía era un forastero.
Si por alguna razón has perdido o pierdes el curso de tu caminar con Dios, no olvides que siempre hay oportunidad para la reconciliación. Recuerda cómo y dónde empezaste este recorrido; no olvides tus comienzos. Es hermoso ver a un hombre o mujer...