Los seres humanos siempre van por la añadiduras de la vida: reconocimiento, dinero, comodidad; pero cuando tienes una relación con DIOS, el lugar de tu fracaso, de tu pérdida y de tu esterilidad puede cambiar contrariamente si haces lo que Dios te indica.
Una clave para acceder a las promesas de Dios es no aferramos a hacernos dueños de cosas que sólo administramos.