Somos seres temporales, con fecha de caducidad y sin un botón programado para dar macha atrás en el tiempo. Por eso, mientras no se invente la vacuna de la eterna juventud, todos aquellos que no hayan nacido con la anomalía de Benjamin Button, están llamados a aprovechar los minutos de vida como si no hubiera un mañana. Esta es nuestra recomendación: vive al ritmo de tu propia banda sonora. La propuesta de Gladys está dosificada en píldora de sesenta minutos. Una hora de músicas gloriosas para quienes no están dispuestos a bailar del ritmo de siempre.