No resulta nada fácil evocar al placer sin entrar en el terreno de lo cursi y ñoño. En Radio Gladys Palmera no vamos a sucumbir ante esa trampa. Sin embargo, hay veces que un toquecito kistch no está de más, sobre todo ante la noche que se avecina: la fiesta de fin de año, un momento para que hasta el más gris de los mortales se ponga su única pajarita multicolor, se plante un decena de collares de plástico y se dedique a soplar matasuegras sin descanso. Gladys Palmera también se pone de fiesta, pero solo en lo musical y sin estridencias. Una sesión con mucho flow para despertar el deleite desde las primeras horas del año.