El mejor resultado que jamás podría haber imaginado el entorno proetarra.
EH Bildu empató a escaños con el PNV, 27, y deja cada vez más cerca la posibilidad de que los herederos de quienes hace décadas recurrían al impuesto revolucionario, al tiro en la nuca, al secuestro y al coche bomba puedan gobernar en el País Vasco.
Y todo, por supuesto, gracias a la labor inestimable de un Pedro Sánchez que ha ido blanqueando al partido de Arnaldo Otegi en los últimos años.