La historia de la hora meridiana de Greenwich se remonta al siglo XIX. Antes de que se estableciera un estándar global para medir el tiempo, cada ciudad o región utilizaba su propio sistema de referencia, lo que dificultaba la coordinación precisa en la navegación marítima y los viajes internacionales. Para resolver este problema, se debe la creación de un punto de referencia universal que sirve como base para medir el tiempo en todo el mundo.