A medida que el hijo y la hija de Dios estén dispuestos a recibir y utilizar este instrumento y arma del señor que es el bautismo del Espíritu Santo (hablar en lenguas) el propósito de su llamado seguirá avanzando.
El hablar en lenguas y el mover de su Espíritu en nuestra iglesia es la evidencia de la unidad.