Estudiar el pasado es obligatorio para no repetirlo, sostenía el filósofo holandés Baruch Spinoza. La figura de Adolf Hitler ha sido tan estudiada que, si lo que dice Spinoza es cierto, las mismas calamidades no deberían volver a ocurrir.
¿Pero cómo saber si no hay otro potencial fuhrer acechando en el presente o en un futuro no muy lejano? Tal vez lo mejor, aplicando esa fórmula, sea indagar en su pasado personal. Entonces, hoy lo invito a conocer a su padre.
Tal vez no detengamos futuras atrocidades, pero, estudiando su pasado inmediato, al menos podremos sacar algunas conclusiones sobre el comportamiento Adolf.
Porque al pasado deberíamos usarlo como trampolín y no como sofá, esta es la historia del padre de Adolf Hitler…
Alois Hitler.