Dios nos llama a su mesa insistentemente porque tiene cosas que no imaginamos, un propósito nuevo e inimaginable para nuestra vida. ¡Dios nos ha llamado a una gran cena!
Dios nos llama a su mesa insistentemente porque tiene cosas que no imaginamos, un propósito nuevo e inimaginable para nuestra vida. ¡Dios nos ha llamado a una gran cena!