Acción antes que palabras: Reflexiona sobre cómo Jesús primero actuó y luego enseñó. Nuestro llamado es imitarle, viviendo una fe activa que se manifiesta en obras de amor, justicia y servicio, no solo en palabras.

Enseñar con el ejemplo: Descubre cómo nuestras acciones son una poderosa enseñanza. Jesús no solo habló del Reino de Dios, lo demostró con su vida. Así, somos llamados a ser ejemplos vivos de lo que enseñamos, mostrando a Cristo en nuestras acciones diarias.

Haciendo y enseñando en nuestro entorno: Aprende maneras prácticas de integrar lo que hacemos con lo que enseñamos, impactando a nuestras familias, comunidades y trabajo, siendo testigos activos del Evangelio a través de acciones que reflejan las enseñanzas de Jesús.