ROCK en Ingles

HELLOWEEN - Rabbit Dont Come Easy. 2003


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Pocas bandas han sufrido el maltrato y el desprecio de Helloween. Obligados a ocupar eternamente la segunda fila dentro de los grandes nombres del heavy metal, nunca han sido recompensados por la enorme influencia que han ejercido sobre dos generaciones: la de los grupos que crecieron en los noventa y que ahora están plenamente consolidados; y la de las formaciones actuales, que siguen bebiendo del grifo de los célebres “Keeper of the seven keys”, ignorando muchas veces los cimientos asentados en los maravillosamente ingenuos “Helloween” y “Walls of Jericho”.
Por un motivo u otro, Helloween siempre han pasado de puntillas al lado de la popularidad y las masas. No importa en qué época. Sea con Kai al frente, Kiske en pleno apogeo vocal o Deris reviviendo a un enfermo casi en fase terminal, siempre ha sido así y siempre lo será. Ya no hay remedio. ¿Por qué ha ocurrido esto?. Quizás los seguidores de los germanos nunca han tenido suficiente y, si en los ochenta se debía a la dura competencia a la que se enfrentaban, ahora nada les conforma y todo es poco.
Que introduzca el álbum de la manera en que lo he hecho no es más que porque es chocante e incluso insultante que las primeras críticas recibidas por este trabajo se vertieran sobre la ilegitimidad de la banda para regresar a la fórmula que ella misma inventó. Es como si a estas alturas hubiera que explicarle a Malcolm Young o a Lemmy cómo deben escribir canciones. En todo caso, se puede echar uno encima de Weikath, Deris, Grosskopft y Gerstner (el fichaje también contribuye en su debut) porque los temas no le transfieren el mismo sentimiento que obras anteriores o no llegan al nivel de las mismas, de lo cual sí adolecen. Pero negarle a Helloween el derecho a hacer lo suyo carece por completo de sentido.
El giro aparente que parecía dar la banda se ha quedado en una intentona censurada por el “jefe” (al menos, a tenor de lo ofrecido aquí). Si alguien se espera salidas de tono del tipo de “Escalation 666”, “The departed (Sun is going down)” o “I live for you pain”, anda equivocado. Un single como “If I could fly” tiene contrarréplica en “Just a little sign”: doble bombo a cargo del animal Mikkey Dee (reclutado para grabar las partes de Cross tras su baja), ritmos netamente heavies de Michael Weikath y Sascha Gerstner, melodías “alegres” sobrevolando cada espacio del tema y estribillo facilón para retener. Nada que ver, vamos.
El citado sencillo, “Open your life”, “Do you feel good”, “Hell was made in heaven” o “Listen to the flies” son de lo más estándar y, si no se les da la más mínima oportunidad, se hacen aborrecibles. Incluso “The tune” y el bonus “Far away” (de riffs afilados escuela Tipton-Downing) son tan inequívocamente Helloween que sin Hansen tienen poca salida. Gamma Ray podrían sacar mucha más tajada de composiciones así.
Sin embargo, “Never be a star” (con una melodía principal muy similar a la de “Perfect gentleman”, aunque con tono dramático, y un texto que hace explícito lo que contaba unas líneas más arriba), “Liar” y “Back against the wall” (todavía capaces de avasallar y cuyos únicos defectos son unos estribillos rácanos), la rockera “Nothing to say” (con ese puente que tontea con el reggae), “Sun 4 the world” o el medio tiempo de turno, “Don’t stop being crazy” (más simplón que los que han firmado bajo la voz de Deris, pero con cierto encanto intacto) dejan en pañales a sus retoños con el mínimo esfuerzo (¿hablamos de Edguy?)
Una vez más, Andi Deris da la nota de distinción, y ello se agradece en un género donde la presencia de idólatras de Rob Halford y de Michael Kiske aburre (originales sólo hay unos y a lo más que pueden llegar es a imitadores).
Si entramos en las dichosas comparaciones, Grapow y Kusch le han ganado la partida a Weikath con “Masterplan”; no sé si por el toque hardrockero o la frescura de un Jorn Lande muy desenvuelto en esas lindes, que no por la creatividad puesta anteriormente de manifiesto en “The dark ride”.
Puede que “Rabbit don’t come easy” padezca de poca ambición. Es más, dentro de la etapa que dio comienzo en “Master of the rings”, lo considero el más flojo. No obstante, mantiene el tipo y tranquilamente puede mirar por encima del hombro a “Pink bubbles go ape”. Por horas más bajas han pasado.
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ROCK en InglesBy Starly