Una anécdota del paso de Thierry Henry por la dirección técnica del Mónaco nos recuerda la importancia de cuidar los pequeños detalles como un modo de dar amor y gloria a Dios
Una anécdota del paso de Thierry Henry por la dirección técnica del Mónaco nos recuerda la importancia de cuidar los pequeños detalles como un modo de dar amor y gloria a Dios