Hoy te traigo una historia que ocurrió en un colegio.

No es la primera vez, y seguramente no será la última. Es lo que tiene que en los colegios pasen tantas cosas con los niños. Que se generan muchas historias.

Esta historia trae una reflexión sobre el tiempo libre de los niños, y cómo no nos damos cuenta de que lo coartamos.

Como digo, sin darnos cuenta, o pensando que es lo mejor para ellos.

¿Qué normas hay para ese tiempo libre? ¿Por qué están ahí? ¿Tienen sentido?

Y sobre todo:

¿Cómo podrían afectar esas restricciones a la mentalidad de esos niños?

Porque al final, el objetivo es ese, ¿no? Adultos con mentalidad sana y felices, con su mejor capacidad para mejorar el mundo.

Aquí te dejo la historia y la reflexión.

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Ayudo a madres y padres a encontrar armonía, entendimiento y un óptimo desarrollo para sus hijos, convirtiendo la crianza en un proceso más satisfactorio, sano y feliz, para que estos niños se conviertan en adultos con plena capacidad de mejorar el mundo.

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Es habitual, en mis años de experiencia, y en ocasiones en que me tropiezo por la calle con situaciones parentales normales…

...que vea a una madre o a un padre decirle a su hijo o a su hijo, muchas veces mientras llora…

...que tiene que “portarse bien”.

O… muy a menudo, cuando lo dejan al cuidado de otra persona, como un familiar: “¡Pórtate bien con la Abuela!”

Y claro, es un término tan… tan amplio…

y tan utilizado…

que un padre puede entender una cosa… la madre de dos bancos más allá en el parque puede entender otra…

...la abuela puede entender otra...

y sobre todo, tu hijo o tu hija puede entender otra muy distinta.

Y esta ambigüedad nos lleva a situaciones… complejas.

Precisamente por la falta de entendimiento.

En el podcast de hoy reflexiono sobre esta frase, sobre qué dificultades genera en los niños,

Y sobre cómo concretar el significado que tú le das para poder transmitírselo a tus hijos.

Creo que no tiene desperdicio.

Aquí lo tienes.

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Soy Rocío del Olmo, maestra y especialista en educación. Puedes conocerme más en mi página web: rociodelolmo.com

No olvides apuntarte a mi lista prioritaria. Allí comparto cada pocos días ideas y reflexiones sobre educación que no no publico en ningún otro sitio.

Hay muchas veces, que creemos entender a nuestros hijos.

Está cansado... Tiene hambre... Es un vago...

Pero no siempre acertamos.

Y ese no acertar, no ayuda precisamente con el vínculo que mantienes con él.

Porque si no se siente comprendido, si cree que sus padres sólo están para decidir qué se puede, qué no se puede y qué hay que hacer...

en el momento en el que necesite contar un problema, por ejemplo, de adolescente, buscará otros vínculos para poder encontrar empatía.

Por eso es tan importante aprender a observar.

De eso quiero hablarte hoy.

Te cuento una historia que me pasó en una piscina, (ya sé que es Octubre, pero la historia es del mes pasado, he tardado un poco en traértela)...

y de la importancia de este hábito.

Lo tienes todo en el episodio del podcast de hoy. 

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A veces vemos reacciones exageradas en los niños.

Seguro que te ha pasado.

Le marcas un límite, o sucede sin más…

Y reaccionan de forma desproporcionada. Pueden llorar, gritar o patalear…

Sobre todo si son pequeños, pero también puede pasar con adolescentes.

Hoy te hablo de una de estas historias, de Pablo.

También te cuento lo que necesitan los niños en este tipo de momentos, cómo enfocarlo, cómo cuidarles.

Igual que cuidamos de Pablo, que tenía 4 añitos.

Te lo cuento todo en éste episodio.

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Hoy quiero contarte la historia de Noelia y de su madre.

Noelia tenía 5 añitos y venía a tocar por primera vez a una de las audiciones que solía preparar cuando yo daba clase de piano.

Si tuvieras 5 añitos y supieras tocar una canción a una mano, y a dos... ¿Qué forma escogerías para tocar el día de la audición?

Y lo más importante…

¿Por qué?

Con la historia de Noelia he decidido reflexionar sobre la respuesta a esta pregunta.

La respuesta que escogí yo…

y la que escogió su madre.

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Imagina que tu hijo o tu hija te pide ayuda.

¿Qué haces?

¿Qué piensas?

¿Cuál es tu actitud?

Algo tan simple como que un niño pida ayuda nos posiciona en un rol o una actitud concreta.

¿Cuál es en tu caso? ¿Le enseñas? ¿Le corriges? ¿Se lo haces?

Y lo más importante...¿eres consciente de ello?

No siempre entendemos lo que necesita un niño cuando pide ayuda.

Y mucho menos entendemos cómo interfiere nuestra forma de ver la ayuda con la suya.

Hoy te traigo una historia bonita que me ayudó a reflexionar sobre esto.

Lo que significa la “ayuda” realmente.

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Todos los niños lo hacen.

Todos han buscado la atención de sus padres o del adulto más cercano de formas, a veces, inverosímiles.

Pero “sólo” quieren llamar la atención.

“Sólo” eso… ¿verdad?

Hoy te traigo la historia de Sonia y de su madre. Resulta que Sonia “sólo” quería llamar la atención.

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El responsable del bar de un colegio me contó una historia que tuvo con una profesora, y con la expresión “tratar como a un niño”. Hoy vengo a contártela y a reflexionar sobre ella.

Te hablaré de puntos de vista, de desequilibrios entre adultos y niños y de respeto.

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¡Bienvenida/o! Este es el primer episodio de mi podcast, en el que hablaré de historias reales y reflexiones sobre educación y vínculo. 

Cuando vives o trabajas con niños, cada pequeño momento es una historia susceptible de convertirse en una gran enseñanza. Los niños nos enseñan. Cada día, cada momento. 

Somos mejores gracias a ellos, si sabemos prestar atención.  

Este podcast es un pequeño espacio para estas reflexiones. Para entender el mundo infantil y para aprender con ellos.  

Concretamente en este primer episodio, te invito a acompañar mi reflexión a través de una historia que tuve con  una niña, a la que llamo María, y lo que me enseñó sobre simplificar.  

Soy Rocío del Olmo, maestra y especialista en educación. Puedes conocerme más en mi página web: rociodelolmo.com  No olvides apuntarte a mi lista prioritaria. Allí cuento cada pocos días cositas interesantes sobre educación.