Jesús ciertamente modeló para todos los que somos hijos la voluntad de Dios acerca del cuidado de los padres. Pablo reforzó este principio divino en su primera carta a Timoteo, particularmente en relación al cuidado de las viudas: «… porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo» Como hijos creyentes necesitamos estar comprometidos con cuidar y proveer para nuestros padres ancianos.

Este Principio es parte de la nueva “Biblia QR: Principios para vivir”, escrita por el Dr. Gene Getz. Accede a toda su enseñanza en bibliaqr.com

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