Así como le pasó a Eva, puedes estar acercándote a terreno enemigo y exponiéndote a que el diablo intente sus ardides confusos y gane una pequeña batalla que no tiene porqué ganar.
Así como le pasó a Eva, puedes estar acercándote a terreno enemigo y exponiéndote a que el diablo intente sus ardides confusos y gane una pequeña batalla que no tiene porqué ganar.