Varias empresas, como Klarna, están revirtiendo sus decisiones de reemplazar personal con inteligencia artificial porque la IA aún no puede igualar el juicio humano, la empatía y la experiencia, especialmente en áreas como la atención al cliente. A pesar del entusiasmo inicial por el ahorro de costes, la insatisfacción del cliente y la falta de capacidad de la IA para manejar interacciones complejas han llevado a estas compañías a recontratar personal humano o adoptar un enfoque híbrido.