Cumplir con los procesos de los programas de apoyo educativo garantiza que los recursos lleguen de manera eficiente y oportuna a quienes más lo necesitan. Esto fortalece la calidad educativa, promueve la equidad y asegura que cada estudiante tenga acceso a materiales, alimentación y condiciones dignas para aprender. Además, el cumplimiento transparente genera confianza y sostenibilidad en estos programas.