En una boda en la que Jesús se encontraba, se acabó el vino. Este primer vino que ofrecieron los novios representa nuestros esfuerzos, nuestros recursos y nuestra buena intención de hacer una gran fiesta de nuestra vida. Esto tiene un límite y cuando se acaba lo único que puede hacer la diferencia es que Jesús esté en nuestra vida, como estaba en la fiesta y el tome simple agua y la convierta en el mejor vino posible. Jesús hace de tu vida, la mejor fiesta.