La fe en Dios no es para los religiosos. Jesús vino para que todos podamos confiar en él. Solo hay que recibirlo. Imagínate que un amigo tuyo viene a tu casa y toca a la puerta. ¿Qué es lo que tienes que hacer? Exactamente: Abrir la puerta. De eso se trata. Deja entrar a Jesús a tu vida.