Jesús vino a salvar a la humanidad y darle una vida eterna junto a Él. Pero su obra no se limitó a darnos una salvación para después de la muerte física, su obra fue completa y vino a darnos una vida con sentido, con propósito, y abundante. Siempre Él nos da la opción de aceptar su propuesta o no. En este caso, hablándole a la multitud en su famoso sermón del monte, comparó la vida de las personas con la sal o la luz y el sentido que estos elementos tenían de acuerdo al lugar en que se lo ubicaba. Lo mismo pasa con tu vida, cobra sentido de acuerdo al lugar donde la ubiques.