La semana pasada empezamos una nueva serie sobre el libro de Jonás llamada Implacable. El Señor llamó a Jonás para ir en una misión a Nínive. Dios le dijo ve, pero Jonás dijo que no. Se rebeló contra la Palabra de Dios y se fue en un crucero hacia la dirección opuesta. Pero, Dios persiguió implacablemente a Jonás.

Dios permitio una tormenta sobre el mar y Jonás fue arrojado por la borda. Parecía que Dios se estaba desquitando, pero no; Estaba llamando la atención de Jonas. La tormenta tenía un propósito mayor que el castigo. Fue un medio de gracia que llevó a Jonás al arrepentimiento.

Jonás ha pasado tres días en el vientre de un pez camino al mismo lugar al que Dios lo había llamado a ir.

Jonás si o si iba a Nínive... O se rendía a la voluntad de Dios o moriria tragado en el vientre de un pez.