En los capítulos anteriores Jonás fue escupido en la playa después de hacer un crucero por el Mediterráneo en el vientre de un pez. El Señor le dijo que se levantara y fuera a predicar el arrepentimiento a los ninivitas... Predicó un sermón de 8 palabras... y todo el lugar se salvó.

Este es el sueño de todo pastor, que un sermón sencillo conduzca a un gran despertar. Que nuestra ciudad sea cambiada, que el gobierno reconozca y se vuelva a Cristo y que Jesús sea exaltado en cada hogar y nación.

Pero no para Jonás. El texto dice,“...le disgustó mucho a Jonás, y se enojó.”

Ahora, los ninivitas están caminando con el Señor y Jonás es el que está fuera de sintonía. Puedes ver la actitud de su corazón mientras clama al Señor con ira. Él simplemente descarga los atributos de Dios: Eres clemente... misericordioso... lento para la ira... eres grande en misericordia y te apartas de tu ira!”

Jonás conocía el carácter de Dios en su cabeza... tenía una buena teología... pero eso no es todo lo que Dios busca. Dios desea que nuestra cabeza/corazón se alineen. Se deleita cuando la buena doctrina se encuentra con la devoción.