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El 15 de mayo de 1916, tropas de los Estados Unidos de América llegaban a las playas de República Dominicana. Los banqueros estadounidenses, preocupados por el creciente endeudamiento del gobierno dominicano, pidieron apoyo al gobierno, que impuso unas condiciones al país humillantes, provocando el levantamiento de los dominicanos y dando la excusa para que el país norteamericano ocupase, durante ocho años, este soberano país del Caribe. Realmente, Estados Unidos quería boicotear los intereses económicos alemanes, garantizar las rutas marítimas de su industria y evitar que la seguridad del canal de Panamá se viera comprometida por los intereses germanos durante la Primera Guerra Mundial. Los militares estadounidenses demonizaron al pueblo dominicano, calificándolo de bandido y salvaje para justificar su intervención y represión, lo que atrajo la atención internacional que acabaría provocando, el fin de la intervención militar, el 12 de julio de 1924. Pero como siempre ocurre tras las ocupaciones estadounidenses, sus consecuencias fueron terribles, con la llegada al poder de un sanguinario, salvaje y cruel monstruo: Rafael Leónidas Trujillo, que instauró un régimen de 31 años de terror, considerado como una de las tiranías más sangrientas de toda Hispanoamérica. En aquella terrorífica época y aquel terrible lugar, un intelectual gallego llegaría a ser su secretario personal y utilizaría todo lo que allí había visto para denunciar al mundo sus atrocidades. Esta es la historia de José Almoina Mateos.
By Iván Fernández AmilEl 15 de mayo de 1916, tropas de los Estados Unidos de América llegaban a las playas de República Dominicana. Los banqueros estadounidenses, preocupados por el creciente endeudamiento del gobierno dominicano, pidieron apoyo al gobierno, que impuso unas condiciones al país humillantes, provocando el levantamiento de los dominicanos y dando la excusa para que el país norteamericano ocupase, durante ocho años, este soberano país del Caribe. Realmente, Estados Unidos quería boicotear los intereses económicos alemanes, garantizar las rutas marítimas de su industria y evitar que la seguridad del canal de Panamá se viera comprometida por los intereses germanos durante la Primera Guerra Mundial. Los militares estadounidenses demonizaron al pueblo dominicano, calificándolo de bandido y salvaje para justificar su intervención y represión, lo que atrajo la atención internacional que acabaría provocando, el fin de la intervención militar, el 12 de julio de 1924. Pero como siempre ocurre tras las ocupaciones estadounidenses, sus consecuencias fueron terribles, con la llegada al poder de un sanguinario, salvaje y cruel monstruo: Rafael Leónidas Trujillo, que instauró un régimen de 31 años de terror, considerado como una de las tiranías más sangrientas de toda Hispanoamérica. En aquella terrorífica época y aquel terrible lugar, un intelectual gallego llegaría a ser su secretario personal y utilizaría todo lo que allí había visto para denunciar al mundo sus atrocidades. Esta es la historia de José Almoina Mateos.