Josué 11 y 12: Cumpliendo los planes de Dios a largo plazo.
Josué 11:15-23 RVA2015:
De la manera que el SEÑOR había mandado a su siervo Moisés, así mandó Moisés a Josué, y así lo hizo Josué, sin omitir nada de todo lo que el SEÑOR había mandado a Moisés...
... Así tomó Josué toda la tierra, conforme a todo lo que el SEÑOR había dicho a Moisés. Josué la entregó como heredad a Israel, conforme a la distribución de sus tribus. Y la tierra reposó de la guerra.
Josué 12:24: el rey de Tirsa, uno. Treinta y un reyes en total.
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En el capítulo 11 y en el capítulo 12 hay un resumen de toda la campaña militar que Moisés y Josué realizaron en la tierra de los cananeos y amorreos.
En el capítulo 11 vemos dos veces la frase: “y Josué hizo todo conforme a todo lo que el SEÑOR había dicho a Moisés”. Aquí vemos lo que significa el perseverar en un objetivo, llevarlo a cabo, y ver el fruto de esa perseverancia.
Lo que fue un plan humanamente imposible, Dios lo hizo posible.
¿Cómo un pueblo tan pequeño pudo derrotar a tantos reyes poderosos? Muchos de ellos se juntaron y formaron un solo ejército tan grande que la Biblia dice que eran como la arena del mar; sin embargo, ¡Dios les dio a Israel muchas victorias de forma sobrenatural!
Esto fue posible gracias a la fe inamovible de Josué; un hombre que creyó desde el principio. Un guerrero que nunca dejó de creer en las promesas del Dios que los sacó de la esclavitud. Que siempre se sujetó a la orden de su líder Moisés y fue perseverante al luchar las batallas del pueblo de Dios.
Josué tenía la firme convicción de que él era un instrumento escogido por Dios para guiar al pueblo de Israel y traer juicio a unas naciones que cayeron en condenación por la multitud de sus obras pecaminosas.
¡Qué lección tan grande podemos ver aquí! Esta es la evaluación de años de preparación y años de enfrentar a enemigos, de mucho esfuerzo levantando la espada y conquistar la tierra que estaba invadida de maldad; en este capítulo vemos que la tierra descansó de la guerra, la violencia y la maldad.
Israel traía bendición a la tierra pues tenía en medio de ellos al Dios santísimo que habita entre querubines y en medio de un pueblo que cree en sus planes, propósitos y promesas.
Moisés derrotó a 2 reyes. Josué a 31. En un lapso de varios años. Esto nos enseña que debemos ser constantes, perseverantes si queremos ver los frutos de nuestro caminar con Dios. Los planes con Dios son a largo plazo, pues en el proceso hacia la bendición prometida Dios nos va formando y engrandeciendo con su gracia y obras poderosas. Como lo enseñó el apóstol Pablo a Timoteo: “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.” (2 Timoteo 2:4-7 RVR1960).
No dejemos que la incredulidad, como a la primera generación de israelitas, nos aleje de los planes divinos de Dios. No caigamos en algún arranque de imprudencia y arrogancia como Moisés cayó, presionado por el pueblo rebelde, lo que no le permitió entrar a la tierra prometida y podría haber derrotado más gigantes. Josué y Caleb son nuestros modelos a seguir, imitando su fe y perseverancia.
Recordemos el consejo del apóstol Pablo acerca de la perseverancia en Gálatas 6:9: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.”
Así que, como líderes de nuestros hogares que han hecho un pacto con Dios, animémonos continuamente para no perder la mirada en el Señor y obtener la recompensa. No solamente tendremos bendiciones en nuestro vivir en esta tierra sino que estamos esperando con ansias la venida del Señor Jesucristo, llegar a...