Josué 16:9-10:
Además, había ciudades que fueron apartadas para los hijos de Efraín en medio de la heredad de los hijos de Manasés, todas esas ciudades con sus aldeas. Sin embargo, ellos no echaron a los cananeos que habitaban en Gezer. Así que los cananeos han habitado en medio de los de Efraín hasta el día de hoy, pero han sido sometidos a tributo laboral.
—-------———-–
Josué 17:14-18:

Después los hijos de José hablaron a Josué diciendo: —¿Por qué nos has dado en posesión una sola suerte y una sola parte, siendo nosotros un pueblo numeroso al que el SEÑOR ha bendecido hasta ahora?
Josué les respondió: —Si son un pueblo numeroso, vayan al bosque y deforesten para ustedes la tierra de los ferezeos y de los refaítas, ya que la región montañosa de Efraín es demasiado estrecha para ustedes.
Los hijos de José dijeron: —No nos bastará a nosotros esa región montañosa. Además, todos los cananeos que habitan en la tierra del valle tienen carros de hierro, tanto los que están en Bet-seán y sus aldeas, como los que están en el valle de Jezreel.
Entonces Josué respondió a la casa de José, a Efraín y a Manasés, diciendo: —Ustedes son un pueblo numeroso y tienen mucha fuerza. No tendrán solo una parte, sino que la región montañosa será suya. Puesto que es bosque, ustedes lo deforestarán. Y sus límites más lejanos serán suyos, porque echarán a los cananeos, aunque ellos tengan carros de hierro y sean fuertes.
=============

En estos dos capítulos vemos el registro histórico de la forma en que las tribus de los descendientes de José ocuparon la tierra prometida y que lamentablemente no despojaron el territorio de los habitantes enemigos.
En los próximos capítulos vamos a estar notando esta frase tan triste: "los hijos de Israel no pudieron sacar a los habitantes de la tierra".

La tribu de Efraín era una tribu fuerte pero fueron negligentes con la misión de despojar la tierra conforme Dios les ordenó. Ellos tenían una infinidad de pretextos para no ir. Posiblemente se acomodaron con lo que habían alcanzado y pospusieron la avanzada militar para "después"; y cuando se hace eso, usualmente nunca se termina lo que se empezó.
Más adelante veremos que Josué reprende a los israelitas por su negligencia.

La tribu de Manasés tuvieron otra clase de pretextos y excusas. Ellos le reclamaron a Josué por más tierras; Josué les responde diciendo que ellos tienen todo el poder y la capacidad para despojar a los habitantes de la tierra y también para desmontar el bosque y prepararlo para que puedan habitar ahí. Ellos le respondieron con excusas diciendo que era muy complicado desmontar el bosque, que no era suficiente, que los habitantes eran muy poderosos, que ellos tenían carruajes militares, etc.
En pocas palabras, ellos habían caído en un pozo de miedo y temor.
Es increíble ver cómo Josué tenía una perspectiva diferente al de ellos, ya que él resaltó sus ventajas; eran una tribu grande, fuerte y poderosa que tenían todos los recursos para poder desalojar a los habitantes de esa tierra y además ¡tenían a Dios de su lado!, pero ellos no se distinguieron así, no vieron su cualidad, no sacaron provecho de sus beneficios.
Aprendamos del mal ejemplo de estas dos tribus para, primero, no ser negligentes con la misión que Dios nos ha dado; y segundo, tengamos cuidado con abrirle la puerta de nuestro corazón a ese espíritu de miedo y temor que nubla nuestra vista y no nos deja ver todos los talentos, virtudes y capacidades que Dios ha puesto en nosotros para poder confrontar al enemigo de nuestras almas y derrotarlo.
¡No olvidemos que, aunque nuestro Dios es eterno e invisible, también es un Dios que se hace visible por medio de milagros y prodigios!
No nos dejemos amedrentar por el enemigo porque cuando Dios dice que somos más que vencedores, realmente eso es lo que significa, que somos victoriosos por medio de nuestro Señor Jesucristo.