Notas en Español e inglés 👇
Josué 19: Un buen comandante abnegado y comprometido.
Josué 19:47-51:
Pero faltó territorio a los hijos de Dan. Por eso, los hijos de Dan subieron y combatieron contra Lesem. Ellos la ocuparon e hirieron a filo de espada; tomaron posesión de ella y habitaron allí. Y a Lesem la llamaron Dan, según el nombre de su padre Dan. Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de Dan, según sus clanes.
Después que acabaron de distribuir los territorios de la tierra como heredad, los hijos de Israel dieron una heredad, en medio de ellos, a Josué hijo de Nun. Según el mandato del SEÑOR, le dieron la ciudad que pidió, Timnat-séraj, en la región montañosa de Efraín. Y él reedificó la ciudad y habitó en ella.
Estas son las heredades que el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun y los jefes de las casas paternas de las tribus de los hijos de Israel distribuyeron por sorteo en Silo, delante del SEÑOR, a la entrada del tabernáculo de reunión. Y así acabaron de distribuir la tierra.
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Estamos viendo en los últimos capítulos cómo Dios usó poderosamente a Josué, que a pesar de que ya era anciano, él todavía seguía con la misma convicción firme de que Dios estaba con ellos para seguir conquistando la tierra.
Un gran ejemplo de esa influencia grandiosa que tuvo Josué sobre los líderes del pueblo es cuando vemos a la tribu de Dan tomar valor para enfrentar a los enemigos que eran más poderosos que ellos para extender su territorio. Gracias al buen liderazgo de Josué, ellos conquistaron más espacio para sus familias.
Es admirable ver cómo Josué no fue un líder avaro ni egoísta, sino que dedicó toda su vida al servicio del pueblo de Dios guiándolos durante todo el tiempo de la conquista para que las tribus tuvieran sus respectivos lugares asegurados; por eso, al final de la repartición de la tierra a las tribus, vemos que a este gran líder le corresponde oportunidad para escoger su propiedad dentro del pueblo de Dios en la tierra prometida. Pudiendo haber escogido entre las primeras ciudades que conquistaron el prefirió ayudar a otros primero para que al final pudiera disfrutar de su propia tierra.
Esta es una lección importante para todos los que somos líderes en nuestro hogar o en nuestras congregaciones. No olvidemos que, si somos buenos mayordomos de los talentos que el Señor nos ha dado y somos responsables de las personas que están a nuestro cargo y a las que debemos guiar con el temor de Dios, al final veremos el fruto de esa labor.
Dios cumplió su promesa de darle la tierra que Josué había explorado, la que había tocado la planta de su pie así como lo hizo con Caleb. Caleb recibió su porción; y ahora Josué, como comandante del ejército de Israel, también recibió su porción.
Josué debía ser el primero en tomar la primera ciudad como herencia pero fue el último. Ese es el mejor ejemplo de comportamiento de un líder abnegado y dedicado a su pueblo, que también fue comandante y padre para ellos.
El General Hal Moore, quien dirigió la campaña militar de la batalla del Valle de Ia Drang en Vietnam, hizo esta promesa a su ejército: "No puedo prometerles que los traeré vivos a todos a casa. Pero esto lo juro, ante ti y ante Dios Todopoderoso, que cuando entremos en batalla, seré el primero en pisar el campo, y seré el último en pisar, y no dejaré a nadie atrás."
Este es un gran ejemplo de abnegación y entrega.
En un mundo donde el valor de la familia está siendo atacado por ideologías y filosofías que desprecian la vida humana y los roles familiares del hombre y la mujer, espero que hoy miremos más allá de nuestras propias necesidades y caprichos que quieran tentarnos a abandonar nuestra mayor misión en la vida y es dirigir nuestra familia por el camino de Dios, siendo ejemplo de que sí se puede vivir rectamente en un mundo injusto e...