Josué 23: El mayor consejo de Josué.
Josué 23:8 RVA2015:
(Por favor leer en su Biblia)
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¡Ya nos acercamos al final de este fascinante libro! El liderazgo de Josué, la influencia honorable que tenía ante los ojos del pueblo, su valentía en la guerra, y su excelente administración entre el pueblo es admirable y ejemplar. Además, fue un líder espiritual prominente, continuando el legado de su predecesor Moisés, guiando al pueblo hacia la presencia de Dios y recordándoles continuamente el gran Dios que ellos tenían y el cual los protegía y bendecía con mano poderosa.
En este capítulo y en el de mañana veremos esas palabras conmovedoras con las que Josué, en su vejez y cerca de su muerte, consuela a todo el pueblo y lo exhorta a que nunca se alejen del Señor.
Primero les recuerda la forma sobrenatural en la que ellos han vencido a sus enemigos, pero no por sus propias fuerzas sino porque el mismo Dios peleaba por ellos.
También les recuerda la necesidad de no alejarse de las palabras del Señor, pues tendrán fatales consecuencias si se alejaran de la justicia y la verdad, los llevaría por un camino oscuro. Uno de esos consejos es: tener en claro las diferencias que existían entre los israelitas y los habitantes anteriores de la tierra. Si ellos se emparentaban con el pueblo pagano y practicaban sus costumbres erróneas, sufrirán las mismas consecuencias de los cananeos que, por la multitudes de sus prácticas abominables como el sacrificio de infantes al dios moloc, los cultos de inmoralidad y desenfrenos y otras clases de perversiones, hicieron que sufrieran destrucción y destierro.
Desafortunadamente, solo la generación de Josué y sus hijos permanecieron firmes en el camino de Dios, pero después, su siguiente generación rápidamente se alejó de la senda de la vida, del bien y la verdad.
Meditemos atentamente acerca de este consejo sabio de Josué. Tengamos en claro los mandamientos de Dios, guardémonos de contaminaciones que provengan de la cultura actual, de lo que la sociedad va aceptando como normal todo cuando Dios nos ha advertido de los efectos del pecado.
Las consecuencias son claras y las vemos en medio de la sociedad. No tenemos excusa. Si nos protegemos de la inmoralidad, evitaremos enfermedades en el cuerpo y heridas en el alma. Si nos mantenemos firmes en los principios bíblicos, aunque se burlen de nosotros o nos digan anticuados, veremos el resultado en nuestras familias, en nuestros matrimonios y en nuestros hijos.
El adulterio, la fornicación, la mentira, la avaricia, el engaño y otras obras malas de la carne, cada día se van normalizando y aceptando como un estilo de vida que se debe tolerar. Si nosotros nos guardamos y le ponemos nombre a estas prácticas para identificarlas y combatirlas, entonces tendremos claro el camino de la verdad y nuestro hogar podrá estar firme ante los ataques que en nuestra sociedad se van levantando.
Aunque ellos eran los que ahora poseían la tierra, podemos aprender acerca del peligro moral y espiritual que seguía coexistiendo sobre la tierra. Mientras existieran otros pueblos en la tierra con costumbres paganas, y mientras que los israelitas se descuidaran y olvidaran sus principios y convicciones, estarían expuestos constantemente ante el peligro de que ellos cayeran de la gracia de Dios y perdieran la gran ventaja que ellos tenían sobre los demás pueblos, y era que ellos tenían a un Dios vivo que habitaba entre ellos protegiéndolos y bendiciendolos.
Espero que hayamos visto el paralelo de la vida de Israel con la de nosotros en la actualidad.
No olvidemos el consejo de Moisés como advertencia al pueblo: que no se obsesionen con las nuevas creencias que comenzaran a conocer de los otros pueblos paganos, ni se dejen engañar por alguna práctica, así fuera atractiva, más prohibida por el Señor:
Deuteronomio 11:16-17 dice: "Tengan cuidado de que su...