Notas en Español e inglés 👇
Jueces 11: ¡De un pasado triste a un destino maravilloso!

Jueces 11:1-10:
Jefté el galaadita era un guerrero valiente. Él era hijo de una mujer prostituta, y el padre de Jefté era Galaad. Pero la mujer de Galaad también le había dado hijos, los cuales, cuando crecieron echaron a Jefté y le dijeron: “Tú no heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer”. Entonces Jefté huyó de sus hermanos y habitó en la tierra de Tob. Y se juntaron con Jefté hombres ociosos que salían con él.
Aconteció después de un tiempo que los hijos de Amón hicieron la guerra contra Israel. Y cuando los hijos de Amón hicieron la guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron para traer a Jefté de la tierra de Tob. Y dijeron a Jefté: —Ven y serás nuestro jefe, para que combatamos contra los hijos de Amón.
Pero Jefté respondió a los ancianos de Galaad: —¿No son ustedes los que me odiaron y me echaron de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, vienen a mí ahora, cuando están en aflicción?
Los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: —Por esta misma razón volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros, y combatas contra los hijos de Amón y seas nuestro caudillo, el de todos los habitantes de Galaad.
Entonces Jefté dijo a los ancianos de Galaad: —Si me hacen volver para que combata contra los hijos de Amón, y el SEÑOR los entrega en mi mano, yo seré su caudillo.
Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: —El SEÑOR sea testigo entre nosotros, si no hacemos como tú dices.
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El personaje de esta historia, Jefté, es muy especial, pues vemos la vida de un hombre menospreciado por la sociedad, por sus parientes y sus hermanos por el hecho de que su padre lo engendró con una mujer que no era su esposa y ni siquiera su concubina. Eso hacía que Jefté no tuviera muchos beneficios entre las posesiones de su padre, cuando sus hermanos crecieron lo expulsaron por su origen.
Esta afrenta que sufrió Jefté era algo que él no había buscado. No fue su decisión venir al mundo como producto del pecado de su padre y su madre; sin embargo, esto lo había marcado de por vida.
Esta circunstancia lo impulsó a convertirse en un pandillero. Jefté tenía un espíritu de guerrero, de valiente, pero este talento fue desperdiciado por su comunidad, y esto hizo que el formara un grupo de desocupados para tal vez robar en el camino a los que pasaban por ahí; comenzó a formar su propia comunidad con gente despreciada.
Pero su destino cambió drásticamente cuando sus hermanos y su comunidad comenzaron a sufrir ataques del enemigo y el enemigo les declaró la guerra. Ahí su gente reconoció que Jefté era el único guerrero capaz de enfrentar este enemigo. ¡Valoraron sus dones y talentos en el arte del combate y lo colocaron como líder principal sobre ellos!

De la misma manera muchos podrán identificarse hoy con Jefté. Posiblemente llevas la afrenta de una familia disfuncional. Un padre borracho o mujeriego, unos padres conflictivos e irresponsables. Tal vez tu apellido es sinónimo de problemas o de mala reputación en el pueblo o barrio donde creciste. Tal vez esa inestabilidad ha hecho que tomes un camino más duro en la vida. Pero vino la luz del Señor y te alumbró, cambió tu destino y transformó tu vida.
Lo importante es creer que el Señor nos ha llamado y escogido, que Él cambia nuestro destino turbio y sombrío por uno claro y próspero.
También es importante no vivir pensando y recordando el pasado. Jefté pudo superar esos recuerdos tristes y las ofensas de sus parientes al ver cómo ahora estaban rogándole que los protegiera y liberara del enemigo. Él no guardó rencor sino que les hizo el reclamo del mal trato que recibió de ellos pero accedió a la propuesta que le hicieron. ¡Él pasó de ser la persona más despreciada a la más apreciada, del menos importante al más importante!
Por...