Jueces 6: ¡No eres insignificante ni pequeño!

Continuemos hoy con el llamado que Dios le hizo a un hombre en Israel en medio de la opresión de los madianitas.

Jueces 6:7-16:
Y sucedió que cuando los hijos de Israel clamaron al SEÑOR a causa de los madianitas, el SEÑOR envió a los hijos de Israel un profeta, que les dijo: —Así ha dicho el SEÑOR Dios de Israel: “Yo los hice subir de Egipto y los saqué de la casa de esclavitud. Los libré de mano de los egipcios y de mano de todos los que los oprimían, a los cuales eché de delante de ustedes y les di su tierra. Y les dije: ‘Yo soy el SEÑOR su Dios; no veneren a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitan’. Pero no han obedecido mi voz”.
Entonces el ángel del SEÑOR fue y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, que pertenecía a Joás el abiezerita. Su hijo Gedeón estaba desgranando el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Y se le apareció el ángel del SEÑOR, y le dijo: —¡El SEÑOR está contigo, oh valiente guerrero!
Y Gedeón le respondió: —¡Oh, señor mío! Si el SEÑOR está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Dónde están todas sus maravillas que nuestros padres nos han contado diciendo: “¿No nos sacó el SEÑOR de Egipto?”. Ahora el SEÑOR nos ha desamparado y nos ha entregado en mano de los madianitas.
El SEÑOR lo miró y le dijo: —Ve con esta tu fuerza y libra a Israel de mano de los madianitas. ¿No te envío yo?
Entonces le respondió: —¡Oh, Señor mío!. ¿Con qué podré yo librar a Israel? He aquí que mi familia es la más insignificante de Manasés, y yo soy el más pequeño en la casa de mi padre.
Pero el SEÑOR le dijo: —Ciertamente yo estaré contigo, y tú derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.
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El pueblo estaba sufriendo los ataques de los enemigos porque habían caído en idolatría. Cuando el pueblo clamó a Dios; Dios llamó a un joven llamado Gedeón. Él se encontraba procesando el grano de trigo y estaba escondiéndolo para que no se lo robaran. Cuando Dios lo llamó para que saliera y venciera a los enemigos, él estaba frustrado por tanta destrucción y escasez que estaban sufriendo. Aun así, el ángel de Dios lo fortalece con palabras de profecía, asegurando que él los iba a vencer.
Aunque Gedeón era un hombre valiente, estaba lleno de mucho escepticismo, de dudas, y también su autoestima estaba por los suelos, él se veía a sí mismo como el más pequeño de una familia insignificante del pueblo.
Cuando Gedeón trajo una ofrenda al ángel, ¡Gedeón supo que Dios lo había visitado y lo había llamado para hacer cosas grandes y extraordinarias! Él quería confirmar que Dios estaba con él; y Dios tuvo mucha paciencia con Gedeón, mostrándole con señales sobrenaturales que Dios lo había llamado.
Cuando Gedeón tuvo un encuentro con Dios, levantó un altar y lo llamó “El Señor es Paz'', pues Gedeón tenía la esperanza y la plena confianza que Dios les daría paz después de tanto sufrimiento.

No sé en qué condición se encuentre tu familia. Si están pasando una prueba de escasez, con conflictos emocionales, o están sufriendo luchas espirituales donde el enemigo los ha tenido azotados, atormentados. Hoy te animo en el nombre de Jesús que recibas fortaleza en este día, así como Dios miró a Gedeón.
Si estás escuchando o leyendo este devocional, significa que no te has rendido, que sigues en la lucha a pesar de todo lo que se ha venido en contra tuya. ¡Esto es señal de una persona valiente!
Quiero recordarte que no estás solo o sola. Dios te está viendo y está dispuesto a escucharte y también para usarte de forma valiente para pelear y vencer estas batallas que enfrentamos. Pero ya no las vas a enfrentar de la misma forma. Ya no te vas a esconder más, vas a ir de frente porque tienes al Señor de tu lado, y nos tienes a nosotros, tu familia en Cristo Jesús!
¡El tiempo de paz ha llegado porque...