Primero que nada les quiero platicar una historia de reconciliación, que se llama “Cada abrazo es mi manera de pedir perdón”. Esta historia sucedió en Colombia y comenzó hace unos 10 años.
Edison y Olga se volvieron a encontrar y se dieron un abrazo de reconciliación, de perdón, de paz. Desde enero del 2013, cuando Edison le confesó a Olga que él había sido el guerrillero que la había retenido en el 2005 a ella y a varias personas que realizaban un censo en una vereda de un poblado de Colombia, ambos se han reunido en varias ocasiones y ese mismo abrazo se repite cada que se ven.
Ahora en fechas recientes, en el Centro de Capacitación Don Bosco, en El Diamante, al oriente de Cali, Colombia, los dos se volvieron a abrazar cuando se vieron, como dos grandes amigos. Ahora, frente a frente, cada uno recuerda el momento de la retención.
Edison dice que la zona donde se estaba realizando el censo era territorio del Ejército de Liberación Nacional (guerrilla colombiana) y por eso ordenó que recogieran a todas esas personas y sus pertenencias, para investigarlos y saber qué tanta información tenían.
Olga, en cambio, recuerda que al cabo de unas horas y luego de un interrogatorio los dejaron ir a todos, pero los papeles y equipos tecnológicos que tenían los perdieron, no fueron devueltos.
Tal vez por esto para Edison, quien se incorporó a este grupo guerrillero en el 2001, cada encuentro con Olga hoy es una manera de “pedirle perdón no solo a ella, sino a Dios, a mi propia familia y a todas las personas a las que en algún momento les pude haber hecho daño”.
Olga, a su vez, dice que cada abrazo de Edison demuestra la valentía, la fuerza y las ganas de reconciliación que él tiene. Olga no siente temor porque sabe que su amigo ya se reintegró a la sociedad. Ella le aceptó las disculpas, ya lo perdonó.
Los dos, él de 59 años y ella de 28, actualmente juntos realizan labor social en el barrio Mojica de la capital del Valle, en proyectos apoyados por la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) y otras organizaciones.
Los dos coinciden en que haciendo esto aportan un granito de arena para la construcción de paz del país. Edison y Olga se despiden con otro abrazo.
Esta historia es un gran ejemplo de reconciliación, por su parte Edison demostró un genuino arrepentimiento, se armó de valor y pidió perdón, por el otro lado tenemos a Olga que supo reconocer en Edison unas verdaderas ganas de reconciliarse y otorgó su perdón sincero.
Para la mayoría de las personas las buenas y malas experiencias en su trato con la gente son cosa de todos los días. Dado que vivimos en un mundo caído es casi imposible evitar fricciones o situaciones desagradables en nuestro trato con los demás y aunque no debería ser así, esto también se da cuando hablamos de nuestra convivencia entre hermanos creyentes, es decir, dentro de nuestra propia familia cristiana, aunque no debería, también se dan malos entendidos, enemistades, pleitos, iras, celos, disensiones, discusiones, contiendas y estas actitudes debemos aprender a erradicarlas, obrando de la manera correcta.
Y la única manera es siendo guiados por el Espíritu Santo, tal como dice en (Galatás.5:16) NTV “Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.”
Un poco más adelante en el mismo libro y capítulo Dios enseña claramente que “manifiestas son las obras de la carne” y que estas deben erradicarse completamente entre hermanos, ya que de ninguna manera nuestro Padre Celestial va a aprobar esta clase de vida ni pasar por alto estas malas conductas.
(Galatás.5:19-21) NTV Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza pecaminosa, los resultados son más que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales, 20 idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias, divisiones, 21 envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos. Permítanme re[...]