Junio 23: Obras Imperfectas en Proceso de Perfección

Filipenses 1 RVA2015:
Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: Gracia a ustedes y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes, siempre intercediendo con gozo por todos ustedes en cada oración mía, a causa de su participación en el evangelio desde el primer día hasta ahora; estando convencido de esto: que el que en ustedes comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. Me es justo sentir esto de todos ustedes, porque los tengo en mi corazón. Tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmación del evangelio, son todos ustedes participantes conmigo de la gracia. Pues Dios me es testigo de cómo los añoro a todos ustedes con el profundo amor de Cristo Jesús. Y esta es mi oración: que su amor abunde aun más y más en conocimiento y en todo discernimiento para que aprueben lo mejor, a fin de que sean sinceros e irreprensibles en el día de Cristo, llenos del fruto de justicia, fruto que viene por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. Quiero que sepan, hermanos, que las cosas que me han sucedido han redundado más bien para el adelanto del evangelio. De esta manera, mis prisiones por la causa de Cristo han sido conocidas en todo el Pretorio y entre todos los demás. La mayoría de los hermanos, tomando ánimo en el Señor por mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.
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Ésta carta de Pablo es especial porque es una carta más personal e íntima en la forma en que él se dirige a los filipenses. Podemos notar que los filipenses eran muy especiales para Pablo porque le ayudaron en diferentes etapas de su ministerio para llenar muchas necesidades que él tenía como misionero.
El apóstol Pablo mezcla enseñanzas en esta carta con palabras de ánimo, mensajes de advertencias contra los que querían judaizar, y asuntos personales de cómo él se estaba sintiendo cuando escribía esta carta.
Como en muchas ocasiones, el apóstol escribió esta carta desde la cárcel pero con un espíritu confiado y alegre cuando pensaba en los hermanos de Filipo y la forma en que ellos se han comportado como dignos seguidores de Jesucristo.

En el primer capítulo podemos aprender muchas cosas en estos versos tan bonitos, pero quiero enfocarme en uno de mis favoritos y es cuando el apóstol les recuerda que estamos en un continuo proceso hacia la perfección en Cristo Jesús.

Eso es lo primero que él sintió compartirles de lo profundo de su corazón: el confirmar la obra que Dios ha estado haciendo con ellos, y que cada día nos va moldeando, fortaleciendo, corrigiendo y estableciendo a medida que vamos caminando con perseverancia y fidelidad.
Dios es el que comenzó la buena obra. Qué grande es saber que Él nos buscó, nos miró, nos escogió y ahora está obrando continuamente en nosotros, quitando lo malo, sanando lo enfermo, restaurando lo dañado y renovando nuestra mente para que vivamos conforme al Espíritu y a los designios de Dios.

Esto es importante entenderlo y recordarlo porque muchas veces nos podemos frustrar cuando nos sentimos estancados espiritualmente, como que no avanzamos, o peor, sentirnos como que Dios no está con nosotros porque le fallamos en alguna mala acción o debilidad. Cuando te sientas así, recuerda las palabras de Pablo que nos dice: ¡Dios no ha terminado contigo! Él sigue como el carpintero, trabajando contigo en su mesa de trabajo, dándote forma, aunque a veces tenga que usar el martillo y el cincel para formarte y hacerte una mejor persona.

La otra revelación es muy hermosa, ¿cuándo termina esta obra? ¡No te preocupes ni te desanimes, pues esa obra continúa hasta que Cristo venga por su iglesia! Nunca llegarás a una perfección plena, sino hasta que estés en la presencia del Señor.Lo...