📖Filipenses 3:7-21 RVA2015:
Pero las cosas que para mí eran ganancia las he considerado pérdida a causa de Cristo. Y aún más: Considero como pérdida todas las cosas, en comparación con lo incomparable que es conocer a Cristo Jesús mi Señor. Por su causa lo he perdido todo y lo tengo por basura a fin de ganar a Cristo y ser hallado en él; sin pretender una justicia mía, derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo; la justicia que proviene de Dios por la fe. Anhelo conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar en sus padecimientos, para ser semejante a él en su muerte; y de alguna manera, me encontraré en la resurrección de los muertos. No quiero decir que ya lo haya alcanzado ni que haya llegado a la perfección, sino que prosigo a ver si alcanzo aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante, prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que hemos alcanzado la madurez pensemos de este modo; y si piensan otra cosa, también eso nos lo revelará Dios. En todo caso, sigamos fieles a lo que hemos logrado. Hermanos, sean imitadores de mí y presten atención a los que así se conducen, según el ejemplo que tienen en nosotros. ➡️🎙️
Les confieso que esta es una de las cartas de Pablo que más me gustan por las cápsulas de conocimiento que el apóstol comparte, y también por la manera tan amorosa que él les escribe, demostrándole su cariño y hasta en cierta forma como un padre protector cuidando a uno de sus más preciosos hijos.
En este capítulo podemos leer una de las frases más célebres del apóstol Pablo, cuando después de hacer una lista de posiciones y privilegios que él tenía cuando era fariseo, ahora él las cataloga como basura. Lo que algún día fue motivo de orgullo del apóstol Pablo, ahora son escombros que él tira a la basura porque no se compara con la grandeza de conocer a Jesucristo.
Esto es muy impactante para mí porque hoy en día muchos viven el evangelio como si fuera una práctica más de espiritualidad o religiosa.
¡Pero para el apóstol Pablo era todo, más que la vida misma! ¡No solo por lo que Dios hizo en él, rescatándolo y mostrándole el Camino de salvación para el perdón de los pecados, sino también por la promesa gloriosa de resurrección y vida eterna!
Con mucha humildad, Pablo les enseña que aunque él es el gran apóstol de los gentiles, con tanto conocimiento y experiencia, esto no significa que él ya haya alcanzado la meta en Dios, más bien les muestra a ellos que todos debemos correr esta carrera en el camino de Dios continuamente, sin detenernos, sin parar hasta llegar a la meta. Porque la meta es la vida eterna y esa se obtiene siendo constantes en el camino del Señor. Una de las formas para alcanzar esa meta es dejando las cosas del pasado, esas cosas que uno se aferra tanto, sean logros y victorias, posiciones y títulos, también cosas negativas como eventos dolorosos, traumas, decepciones, y golpes sufridos en el pasado.
Pablo mismo se pone como ejemplo, invitándonos a que sigamos sus pisadas porque él sigue los pasos de Cristo.
Esta aclaración me impacta mucho porque pienso que todos debemos llegar a ese nivel espiritual y poder decirle a nuestra esposa o esposo, hijos o hijas, que sigan nuestro ejemplo así como nosotros seguimos a Cristo. Mi pregunta es: ¿Eres para tu hogar un buen ejemplo a seguir de un verdadero cristiano?
🤔Consideremos:
¿Estamos corriendo esta carrera con pasión y entrega?
¿Te has despojado de las cargas del pasado para poder correr livianamente o todavía arrastras las cargas del pasado?
Soy tu amigo Eduardo Rodríguez.
Que el Señor escuche tu oración y te ayude a terminar la carrera y obtener el premio.😇
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