🎧📖 2 Corintios 9:5-15 RVA2015:
Por eso he creído conveniente exhortar a los hermanos a que vayan a ustedes con anticipación y preparen primero la generosidad de ustedes antes prometida, para que esté lista como muestra de generosidad y no como de exigencia. Y digo esto: El que siembra escasamente cosechará escasamente, y el que siembra con generosidad también con generosidad cosechará. Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por obligación porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en ustedes toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abunden para toda buena obra; como está escrito: Esparció; dio a los pobres. Su justicia permanece para siempre. El que da semilla al que siembra y pan para comer, proveerá y multiplicará la semilla de ustedes y aumentará los frutos de la justicia de ustedes. Esto, para que sean enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce acciones de gracias a Dios por medio de nosotros. Porque el ministrar este servicio sagrado no solamente suple lo que falta a los santos, sino que redunda en abundantes acciones de gracias a Dios. Al experimentar esta ayuda, ellos glorificarán a Dios por la obediencia que profesan al evangelio de Cristo, y por su liberalidad en la contribución para con ellos y con todos. Además, por su oración a favor de ustedes, demuestran que los quieren a causa de la sobreabundante gracia de Dios en ustedes. ¡Gracias a Dios por su don inefable! ➡️🎙️
En este capítulo el apóstol Pablo continúa motivando a la iglesia de Corinto a que se preparen con anticipación con la ofrenda especial que los apóstoles estaban recolectando para las necesidades de la iglesia. Ahora el apóstol les enseña cómo dar correctamente y, para ilustrar la enseñanza, Pablo usa el principio de sembrar. Este es el principio de la cantidad de lo que usted siembra: dependiendo de si siembras con abundancia o con escasez, asimismo recibirás. El Señor es un Dios justo que bendice en abundancia a aquellos que dan, ayudan y llenan la necesidad a quien lo necesite, o que simplemente aportan para el fondo de la congregación donde somos miembros para que se puedan desarrollar diferentes programas y ministerios que ayudan a avanzar el Reino de Dios, ya sea patrocinando misioneros, compra o construcción de templos, bancos de comida, campañas evangelísticas, retiros espirituales, la adquisición de diferentes recursos, etc.
El otro principio es el de dar con corazón voluntario y con alegría.
No olvidarnos que Dios mira la intención del corazón. El dar con una conciencia limpia, con el corazón lleno de fe y una profunda convicción de agradecimiento por las bendiciones de Dios son el motor de un dador dirigido por Dios para poner su tiempo, talento y bienes en las manos de Dios, y asimismo experimentar la bendición de Dios, multiplicando eso que puso al servicio de Dios.
Recuerda que el apóstol nos afirma que el dar es más que dar una simple limosna o donación; éste es un ministerio sagrado que produce bendiciones de Dios para ti mismo y produce alabanzas de agradecimiento a Dios por medio del que recibe la ofrenda y soporte en la obra misionera o en el necesitado.
Consideremos:
¿Cuando he dado para la obra de Dios he recibido bendiciones multiplicadas?
¿Cuando aporto para la obra de Dios lo hago con un corazón alegre o siento que doy a la fuerza?
Soy tu amigo Eduardo Rodríguez; que el señor escuche tu oración reciba tu ofrenda y te la multiplique.
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