La alegría del Evangelio: descubrirla para vivirla, no es un acto de magia, sino un acto de fe, de entrega y de un sí a Jesús. Abrázala en la enseñanza de hoy.
La alegría del Evangelio: descubrirla para vivirla, no es un acto de magia, sino un acto de fe, de entrega y de un sí a Jesús. Abrázala en la enseñanza de hoy.