16 añitos, Toda la vida por delante y un físico envidiable. Bueno, esto último no. El caso es que mis padres decidieron que estaban hartos de Madrid y cogieron una bodega de vinos a granel en Sevilla (en el barrio de Pio XII) y había que convertirla en un mesón-restaurante. Así que toco empezar a currar de verdad