La “confesión” surgió hace pocos meses por accidente. El propio Andrés Calamaro nombró, casi cuarenta años después, a la musa oculta detrás de una de las canciones más populares de todos los tiempos. “Mil horas”, empezó siendo una canción de amor para una compañera suya en el colegio secundario, la hoy escritora Cecilia Szperling. Sin embargo, su letra está poblada de otros elementos, que alteraron para siempre la posibilidad de que sea concebida "solo" como una canción de amor de un chico que esperó bajo la lluvia dos horas a una chica de la que estaba enamorado.
Idea y conducción: Carlos Polimeni – Producción: Fabiana García – Edición: Gonzalo Maria – Diseño de portada: Jazmín Guzman