La tecnología armamentística desplegada por Alemania despertó pronto la avidez de los gobiernos aliados por apoderarse de aquellos recursos bélicos.
Así que tal cual iban invadiendo territorio alemán, tanto rusos como americanos iban recogiendo información especialmente sobre las bombas volantes V1 y V2 y sobre los posibles avances en la bomba atómica alemana.