La nueva derecha se alimenta de fantasmas que se inventa para liberarnos de ellos, a costa de entregarles nuestras libertades, nuestra percepción del mundo y apagar nuestro juicio crítico. Esto va desde la conspiración globalista, a la del "lobby gay", a la de la Agenda 2030 y el marxismo cultural, que parece ser el responsable de que la sociedad haya cambiado y no responda al modelo entre medieval y fascista religioso que representa el nacionalismo religioso.