El evangelio no solo fue dirigido a aquellas personas que se consideran perversas e inicuas (ver conversión de Saulo de Tarso), sino también a quienes pudieran considerarse sinceras y fieles.
El evangelio no solo fue dirigido a aquellas personas que se consideran perversas e inicuas (ver conversión de Saulo de Tarso), sino también a quienes pudieran considerarse sinceras y fieles.