Como explicó Sogyal Rimpoché. En cambio, “desarrollar la compasión implica reconocer que todos somos iguales y que sufrimos de manera semejante, es respetar a los que sufren y saber que uno no es distinto de nadie ni superior
Cuando sentimos lástima, nos ubicamos por encima de esa persona, ya sea infantilizándola o convirtiéndola en una pobre víctima. Creemos que no puede hacer nada por sí sola para salir de ese estado lamentable y que necesita de un “salvador”.
Muchas personas piensan que compasión y lástima es lo mismo. No es así. Las separa un mundo. Además, sus efectos sobre las personas que las experimentan o que son objeto de esa lástima o compasión son totalmente diferentes.