La respiración consciente La sensación de “vivir deprisa” que caracteriza nuestro día a día, el continuo flujo de nuestros pensamientos, obligaciones, pagos, facturas, actividades… no nos dejan espacio, y nos llevan a padecer los síntomas de una mala respiración: suspiramos a menudo, tensamos el vientre, sentimos un cansancio crónico, falta de vitalidad, irritación o ansiedad. El ajetreo de la vida cotidiana hace que la pausa respiratoria desaparezca literalmente. Necesito un respiro”, “estoy sin aliento”, “necesito tomar aire fresco”, “esta situación me ahoga”, “me falta el aire”….