El 4 de abril de 1609, el rey Felipe III firmó dos decretos que cambiarían para siempre la historia de España. El primero fue la tregua de los Doce Años con las Provincias Unidas de los Países Bajos, y el segundo, el decreto de expulsión de los moriscos. Este último marcó el final de una larga serie de debates y polémicas que habían surgido durante el reinado de su padre, Felipe II y que este hombre mas inteligente que su hijo, logró esquivar