Cuando no sabemos esperar en Dios, somos propensas a tomar nuestra propia iniciativa, el tomar el trabajo por nuestras propias manos, muchas veces nos hace no ver los milagros de Dios
Cuando no sabemos esperar en Dios, somos propensas a tomar nuestra propia iniciativa, el tomar el trabajo por nuestras propias manos, muchas veces nos hace no ver los milagros de Dios