Durante las primeras horas de vida de Antonio vivimos un contraste emocional muy grande. Estábamos muy felices y emocionados por tenerlo con nosotros, pero el hecho de que estuviera en la unidad de cuidados intensivos de neonatos y no saber con claridad cómo estaba su salud, generaba en nosotros una incertidumbre gigante y nos llenó de temores que fueron difíciles de asimilar.

Con el paso de las horas y los primeros días, la situación no mejoraba y cada minuto se complicaba un poco más, pero sin duda el momento más duro al que nos tuvimos que enfrentar en ese fin de semana, fue tenernos que ir a nuestra casa sin Antonio. Había nacido, ya lo teníamos con nosotros, y tuvimos que despedirnos, dejarlo en la clínica y llegar a nuestro apartamento sin él.

Fue una lección de vida que nos dejó marcados por siempre, era sentir la fragilidad de la vida y el poco control que teníamos de toda la situación.

A pesar de lo difícil de la situación, vivíamos unos momentos de mucha felicidad y mucho amor.

Music By: freemusicarchive.org (Barryvan – Je me souviens de l’automne /Dans le froid)