Tener a Antonio ya con nosotros y llegar al apartamento ese domingo en la noche sin él fue muy triste, y fue un golpe emocional que tuvimos que vivir durante varias noches, hasta el día que finalmente pudimos llegar todos juntos a nuestra casa.

Durante el tiempo que duró la hospitalización de Antonio, fue fundamental haber estado en un momento muy bueno de nuestra relación con Carolina, pues durante esas semanas nos supimos llenar de ánimo y nos levantamos mutuamente gracias al amor tan fuerte que había entre nosotros, y sobre todo el amor infinito que Antonio nos producía.

Esa noche nuestro apartamento se sentía frío y vacío, y cuando los abuelos se fueron y ya nos quedamos solos con Carolina, vivimos una noche llena de reflexiones y aprendizajes, y es esto lo que quiero compartir en este capítulo.

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