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Los fariseos comenzaron a discutir con Jesús, pidiéndole una señal del cielo, con el fin de ponerle a prueba. Dando un profundo gemido desde lo íntimo de su ser, dijo: «¿Por qué esta generación pide una señal? Yo os aseguro: no se dará a esta generación ninguna señal».
Y, dejándolos, se embarcó de nuevo, y se fue a la orilla opuesta.
La fe cree en aquello que no se ve, con la certeza de que el maestro siempre nos llevará por buen camino.
Existen diversos momentos en la vida en los que como Santo Tomás o los fariseos requerimos una señal por parte de Dios para confiar en su poder y tener la certeza de que está presente en nuestra vida. Hoy Jesús nos mueve a confiar en su Palabra y presencia que es la máxima muestra de su compañía y auxilio. ¿Acaso no eres consciente de que Dios está contigo aún cuando no le sientes?
En los momentos de prueba y de dolor, Dios participa de tu historia sintiendo tu herida, aflicción o cuidando de tus lágrimas. No tengas relación con la imagen de un Dios bombero, a quien solicitas únicamente en las necesidades y negocias tu bienestar o el de los tuyos a cambio de una peregrinación o promesa. Dios no necesita tus promesas, no tiene que darte señales, su mayor señal es el amor que te ha brindado incluso en una muerte de Cruz. Su mayor muestra de amor ha sido el Divino Espíritu que nos ha sido dado desde el momento mismo del bautismo y que como promesa del Padre nos guía y consuela en el camino. Recuerda que Jesús quiere resucitar en tu corazón y morar allí eternamente.
By Ade y MaiLos fariseos comenzaron a discutir con Jesús, pidiéndole una señal del cielo, con el fin de ponerle a prueba. Dando un profundo gemido desde lo íntimo de su ser, dijo: «¿Por qué esta generación pide una señal? Yo os aseguro: no se dará a esta generación ninguna señal».
Y, dejándolos, se embarcó de nuevo, y se fue a la orilla opuesta.
La fe cree en aquello que no se ve, con la certeza de que el maestro siempre nos llevará por buen camino.
Existen diversos momentos en la vida en los que como Santo Tomás o los fariseos requerimos una señal por parte de Dios para confiar en su poder y tener la certeza de que está presente en nuestra vida. Hoy Jesús nos mueve a confiar en su Palabra y presencia que es la máxima muestra de su compañía y auxilio. ¿Acaso no eres consciente de que Dios está contigo aún cuando no le sientes?
En los momentos de prueba y de dolor, Dios participa de tu historia sintiendo tu herida, aflicción o cuidando de tus lágrimas. No tengas relación con la imagen de un Dios bombero, a quien solicitas únicamente en las necesidades y negocias tu bienestar o el de los tuyos a cambio de una peregrinación o promesa. Dios no necesita tus promesas, no tiene que darte señales, su mayor señal es el amor que te ha brindado incluso en una muerte de Cruz. Su mayor muestra de amor ha sido el Divino Espíritu que nos ha sido dado desde el momento mismo del bautismo y que como promesa del Padre nos guía y consuela en el camino. Recuerda que Jesús quiere resucitar en tu corazón y morar allí eternamente.