Cada pastor debe dedicarse a la predicación expositiva de toda la Biblia. Los pastores deben tener la convicción que la Palabra de Dios es suficiente para hacer la obra de Dios. Los pastores fieles jamás sustituyen la Palabra por campañas o conciertos o charlas o entretenimiento. Los pastores deben tener la convicción que Dios salva a perdidos y santifica a creyentes por medio de su Palabra poderosa (2 Tim 3:15-17). ¿Cómo fuimos renacidos? Por la Palabra (1 Pedro 1:23). ¿Cómo somos santificados? Por la Palabra (Juan 17:17). Los pastores deben tener la convicción que su tarea primordial es predicar la Palabra de parte de Dios y delante de Dios. Su deber es exhortar, reprender, y corregir con toda paciencia y sana doctrina (2 T 4:2). El énfasis de los pastores es clave.  Se necesita enfatizar el evangelio, y no solamente la ley. Las exhortaciones fluyen del evangelio.  El indicativo es la base del imperativo. La prioridad de los pastores es clave. Es necesario hacer triaje teológico. Doctrinas Primarias (donde no puede haber diferencia entre los cristianos verdaderos; lo que distingue a la iglesia verdadera de las falsas): La Trinidad, La Persona y Obra de Jesucristo, el hombre creado a la imagen de Dios, el pecado, castigo eterno, la expiación penal sustitutiva de Cristo, etc. Doctrinas Secundarias (donde puede haber diferencias entre cristianos fieles, pero no podemos ser parte de la misma iglesia o denominación): Los dones del Espíritu, el bautismo, el gobierno de la iglesia, etc. Doctrina Terciarias (donde puede haber diferencias entre cristianos en la misma iglesia): el milenio, el rapto, la escatología, la edad de la tierra, etc.