Todo el conflicto percibido en el mundo es primero en la mente, jamás a la inversa; ya que lo que se piensa después se proyecta. Consecuentemente, intentar alcanzar la paz con lo externo, sin antes haber encontrado en lo más íntimo de uno la paz, es como diría 'Un Curso de Milagros' una situación imposible, un vano intento por lograr con el ego (el sistema de pensamiento separativo y conflictivo) aquello que ese mismo ego imposibilita. Por tanto, simplifica tu vivir: primero paz de espíritu y el resto vendrá por sí sólo.